domingo, 5 de octubre de 2008

Para toda la vida. ¿Desechando?

Para los de más de 40 años (y para que los de menos edad entendamos...) Un texto deEduardo Galeano.

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.

No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los críos. Los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar. Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales). ¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores. Y nuestras hermanas y novias se las arreglaban como podían con algodones para enfrentar mes a mes su fertilidad. ¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por donde se entra. Lo más probable es que lo de ahora está bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plástica de los pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos! Es que vengo de un tiempo en que las cosas se compraban para toda la vida. ¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas y escupideras de loza. Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces. ¡Nos están fastidiando!¡¡Yo los descubrí. Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica. ¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike? ¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommiers casa por casa? ¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista? ¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros? Todo se tira, todo se desecha y mientras tanto producimos más y más basura. El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad. El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!!¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de........... años! Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII). No existía el plástico ni el nylon. La goma solo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en San Juan. Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De por ahí vengo yo. Y no es que haya sido mejor. Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo' pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo'.

Mi cabeza no resiste tanto. Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real. Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo).Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo. Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo? ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron? En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos... ¡¡Como guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡Guardábamos las chapitas de los refrescos! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos! Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus. Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín. Las cosas no eran desechables. Eran guardables.

¡¡Los diarios!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver!!. ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne! Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los cuentagotas de los remedios por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posa-mates y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con que intención, y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'este es un 4 de bastos'. Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo. Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada. Ni a Walt Disney. Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡minga que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de bollones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella. Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. Ah ¡No lo voy a hacer! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable. Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.
Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la bruja me gane de mano y sea yo el entregado.

Eduardo Galeano

viernes, 19 de septiembre de 2008

El Agua


La Red Ecológica de la UCV se une a CCS VERDE. Aquí publicamos la primera preocupación de una de las participantes del grupo ecólogico de la Central.

"Muchas veces los baños tienen los grifos dañados y estan goteando o con un chorrito todo el día, y al pasar de las horas gota a gota son cientos de litros, no solo en la calle, tambien en nuestras casas abrimos los chorros a maxima potencia y se pierden cientos de litros innecesariamente.

Entonces me acuerdo de la gente en Africa donde se han desertificado los ríos y lagos, la gente no tiene agua para beber, ni bañarse, ni para regar sus huertos y sembradíos y por eso mueren las cosechas y hay tanta hambre no sólo en Africa sino en el mundo. Todo porque se han contaminado los ríos y las reservas naturales de agua dulce; me pregunto sin en un futuro (espero sea muy lejano) cuando se acabe el petróleo las guerras serán por Agua dulce? eso se lo puede preguntar cualquiera en este país donde un litro de Gasolina cuesta 0,10 ct de BsF y un Litro de Agua puede costar 3 BsF osea 0,10 X 30.Millones de litros se pierden cada segundo que podrían servir para regar hectáreas de alimento.
Personalmente trato de cuidar mucho el agua en mi casa, si el grifo corre lleno algun envase y con eso riego mis plantas, siempre cierro el agua mientras me cepillo o enjabono los platos y no permito que nadie hable y hable con un grifo abierto y el agua corriendo... es sencillo porque CADA GOTA CUENTA".

Estudiante de la Red Ecológica.




martes, 16 de septiembre de 2008

Volantes


Pensabamos repartir volantes pero gracias a la comunicación entre nuestros Ecoconcientes amigos decidimos que gastar papel es seguir contribuyendo con la destrucción ambiental, así que haremos volantes virtuales y lo importante es que pases la voz, por ahí estamos trabajando también en una solución para hacer volantes con papel reciclado y crear calcomanías con informaciones ecológicas. Una calco dura más que mil volantes!

Ya sabes que para dar a conocer nuestras ideas, tus soluciones es necesario que pases ésta página y comunícate cualquier idea es buena, sólo hace falta que participes!. Si eres diseñador, imprimes calcomanías o se te ocurre una buena idea para pasar la información escríbenos a ccsverde@gmail.com

ALTERNATIVAS


Una de nuestras ideas es promover la conciencia ecológica a través de lo que tenemos a mano, por ejemplo cuando vas a hacer mercado, en vez de recibir mil bolsas plásticas.

Llévate tu bolsa de tela a la panadería o al abasto, que es casi a diario, también existen alternativas cuando tienes que hacer mercado grande, como los carritos que son hechos con bolsas de tela grandes, parece algo del pasado, pero es lo más ecológicamente moderno que puedes hacer, para ayudar a evitar el impacto ambiental que producen las bolsas plásticas.

No somos plásticos, ayudamos al ambiente. CCS VERDE está organizándose para acudir a las cadenas de supermercados para encontrar apoyo para buscar patrocinio y producir bolsas de tela para los consumidores.

Si se te ocurre alguna solución, conoces a alguien, con tu arte puedes colaborar con el ambiente, o simplemente quieres ser parte del equipo de ccs verde escríbenos a ccsverde@gmail.com. Te necesitamos: tu aporte, tus ideas y tus soluciones son parte de nuestro proyecto para ayudar al planeta. Únete!



fotos: www.nousobolsasplásticas.com
Bolso Ecológico de Anya Hindmarch

sábado, 13 de septiembre de 2008

Caracas en Bici


Caracas es una ciudad caótica, urbe bañada de tráfico y desorden. Desde hace más de un año mi método de transporte favorito es mi bicicleta, a la que le puse un nombre María Antonieta. Normalmente mis rutas favoritas son desde La Castellana a Santa fé, Los Naranjos, o el circuito del Country, Chacao y Los Palos Grandes.Ayer mi compañera de grupo, otra ciclista, se cayó en chacao porque un carro se atravesó de manera agresiva. Aunque sé que es una ciudad peligrosa, siempre trato de no ser paranoica y disfrutar de mi deporte, de no permitir que el miedo se apodere de uno para dejar de hacer las cosas que nos gustan.

Hoy, sábado 13 de septiembre, lamentablemente tuve mi primer accidente grave, estaba por la tercera avenida de los palos grandes, frente al excelsior gamma y un carro plateado, se desplazaba cerca de mi, lo pasé y al pasar el cocuyo seguí subiendo, quise cruzar a la izquierda para tomar ese lado de la calle, saqué la mano y ví el vehículo plateado a una distancia adecuada para pasar, la mujer que conducía el auto probablemente iba distraída y en vez de darme paso aceleró y me llevó de costado, mi bicicleta y yo terminamos por debajo del carro y entre las dos ruedas. Reaccioné rapidamente y respiré profundo, me dí cuenta que sentía las piernas y no me dolía nada a gran escala, como pude me salí de debajo del carro y ví una gran herida en mi pierna izquierda, volteé la cara y no la quise ver más para no desmayarme. La señora salió del carro histérica y fui yo, irónicamente, quien tuvo que calmarla a ella, los peatones me ayudaron, principalmente un chico que llamó a las personas que más rápido podían venir en mi ayuda. Luego llegó Salud Chacao y me llevaron a la sede del Rosal, allí me agarraron 30 puntos en la pierna y afortunadamente, y gracias a Dios, no tuve ninguna fractura. Espero mi recuperación, y espero volver a sentarme en una bicicleta sin sentir pánico, mi bicicleta quedó en aparente pérdida total, ya veremos si tiene arreglo, pero se ve muy mal, afortunadamente a mi no me pasó nada cercano a eso, pero sé que me salvé de un accidente grave. Hoy abro este blog, que pretendía abrirlo hace un tiempo,junto con otra compañera ciclista, para proponer una ciudad más transitable de manera ecológica, no solo los domingos en la Cota Mil, sino a diario, a que entendamos que cada día somos más los que transitamos por la ciudad en bicicleta, que si eres un conductor de vehículos automotores, no trates de robarle al tiempo dos segundos por no ceder el paso, que respetes al que va en una bici, puede ser tu hijo, tu hermano, tu padre, tu amigo. Me gustaría saber si hay más personas que opinan como yo y crear una reunión de todos aquellos, patineteros, ciclistas, peatones, rollers, ecologistas, a los que nos gusta colaborar con nuestra tierra, andar en bici, a pie, en patineta, en patines, unirnos. Hacer una reunión de todos para que en una voz intentemos crear conciencia. Propongo el domingo 5 de Octubre para salir a la calle, punto de encuentro: Cota Mil a la altura de Altamira. Vamos a llevar pancartas por una Caracas Verde, para que sea más llevadera, por hacer posible que podamos andar en bici por ciertos lugares, porque las ciclovías no sean sólo rayas pintadas en el asfalto que nadie respeta, por una conciencia ecológica y por un mejor planeta. Aunque suene utópico, solos no hacemos nada, pero todos juntos podemos lograr algo. Te invito a unirte este blog: www.ccsverde.blogspot.com y al grupo en facebook. Escríbenos un correo si quieres colaborar o ser parte de ccsverde@gmail.com


Ruédala!!!!